No podemos negar que nos acostamos tristes y despertamos igual después de la derrota en el clásico. De lo que pasó en la cancha ya hablaron los expertos en el tema.

Pero yo si me quiero detener para dedicarle unas palabras a lo mejor de la noche y de esta temporada, la hinchada del Grande Matecaña, que desde aquella final de 2019 ante Cortuluá se acostumbró a ganar, a reinventarse cada día para alentar a su equipo del alma.

Para ser sinceros es difícil encontrar palabras para describir todo lo que se siente en el alma al ver ese gran recibimiento al equipo de Márquez, ese lobo gigante, las luces de colores en el cielo, el amarillo y rojo por todo lado es algo maravilloso.

Ver esa alegría de Papayo en occidental, Sonia la hincha más fiel de Colanta, los abuelos, y los niños que están orgullosos de apoyar al equipo de su ciudad.

El año pasado la final ante Nacional dejó postales hermosas, y este año la barra marcó la diferencia en Bogotá, en Tuluá fuimos locales, realmente en ninguna plaza hemos jugado solos.

No es la mejor campaña en lo deportivo, pero nuestra hinchada se acostumbró a ganar en las tribunas, con cánticos, colores y manifestando ese cariño único del hincha pereirano.

Bien por esa hinchas matecañas, alentando, presionando, entre todos vamos a construir una nueva historia para brillar en lo más alto y enfrentarnos a los mejores del continente.

Kardo.

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