Se viene un nuevo clásico ante el Once Caldas, siempre despierta una pasión diferente, rivalidad, ganas de ver el balón en la red del blanco y gritar gol.

Hay que decir que nos acostumbramos a ganar los clásicos, que somos más exigentes, porque hasta la prensa nacional nos considera un duro rival de vencer.

Y me gusta este clásico en especial, porque nosotros aún no sabemos para qué estamos este semestre, a veces nos ilusionamos, otras nos preocupamos, pero en el fondo estamos como tranquilos y medio felices.

Me gusta porque los blancos vienen invictos, no creen en nadie, creen que la tormenta ya pasó y van a seguir sumando de a tres.

Buenos condimentos para el encuentro de este martes, la nueva camiseta de Oto ya lista, casi que sobre la cama, el grito de gol ansioso en la garganta, la ilusión de ver la fiesta que preparará la banda del Lobo.

Y como la verdad ya somos más exigentes, solo nos sirve ganar, y ellos no pueden perder, tampoco se puede empatar, esta vaina va a estar sabrosa.

Me gusta, me gusta, me gusta…

Kardo.

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