Han pasado varios días después de aquellas tardes y noches inolvidables de octubre y noviembre, y aún se me eriza la piel y se me resbalan algunas lágrimas sobre mi rostro al recordar a aquel niño que mostraba la señal de televisión y que se estremecía celebrando los goles de nuestro Deportivo Pereira, sacudiendo con orgullo y una alegría infinita la camiseta pintada de amarillo y rojo que representa 77 años de una historia única y maravillosa.

Pensarán que estoy loco al describir la historia matecaña como maravillosa, cuando en las vitrinas no hay copas de la liga, ni sé ha logrado competir en un torneo Conmebol. Y puedo estar loco pero de amor, hoy Jean Carlo, ese niño que se hizo famoso en Win jamás olvidará el día en que su papá le enseñó a amar al equipo de su ciudad, el de la tierra que lo vio nacer, ese que juega en un estadio construido por la pujanza de cientos de pereiranos. Y jamás lo olvidará porque lo hizo feliz, así como lo hemos sido todos cuando de pequeñines nos llevaron al Hernán.

Yo tampoco olvido cuando papá me enseñó a amar al Deportivo Pereira, a ese equipo humilde, que ha soportado desgracias, goles fantasma, quiebras, pero que es hermoso amar porque representa una capital hermosa, un departamento verde, donde se plasma un paisaje único. Cómo no amarlo sino gana títulos pero más enamora; y lo hace porque nos enseña el verdadero valor de la vida, no todo son lujos y elementos que deslumbran, también podemos valorar la esencia de las cosas que nos hacen felices a pesar de no brillar como el oro.

Y eso no quiere decir que nos vamos a conformar, al contrario la fantástica campaña de 2021 nos enseñó a que podemos volar más alto, que unidos, generando un buen ambiente y con un compromiso de principio a fin de directivos, jugadores y cuerpo técnico podemos jugar más finales, y disputarlas mejor para algún día ganar un título de la A y que la historia sea más maravillosa para derramar dulces lágrimas en las graderías del Monumental abrazados de quienes amamos y comparten nuestra pasión.

Es imposible no amarte Deportivo Pereira, por eso tus hinchas somos eternos campeones, jamás te abandonamos, te valoramos, te perdonamos, y te vamos a alentar en cualquier estadio de Colombia y el mundo para que grites campeón y te conviertas en la octava maravilla, al menos así lo sentirá mi corazón amarillo y rojo, ese que palpitó tan fuerte en 2021 con tantas alegrías que nos diste que creí que se iba a salir de mi pecho.

Jean Carlo representaste a toda la hinchada matecaña, como un pequeño gigante, aullando tan fuerte como los Lobo Sur, no paraste de saltar como ellos, jamás dejaste de creer como los abuelos, haces parte de la nueva generación de soñadores, bienvenido a esta linda familia pereirana que siempre estará orgullosa de su ciudad y su equipo. Cuando leas esta columna agradécele a los papás o a quien te enseñó el amor por nuestros colores por contagiarte este sentimiento que nunca puede parar.

KARDO

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