Ayer, 1 de abril de 2025, el Deportivo Pereira volvió a hundirse en el abismo. Una nueva derrota, esta vez 2-1 frente a Llaneros en el Estadio Metropolitano de Techo, dejó a la hinchada matecaña al borde de la desesperación. No es solo un partido perdido más; es el reflejo de una crisis que parece no tener fin, un equipo sin rumbo y una afición que ya no sabe cómo soportar tanta decepción.
El partido fue un calvario. Kenner Valencia, la figura de Llaneros, se convirtió en el verdugo del Pereira con un doblete letal: al minuto 39 y al 62, ambos asistidos por Bryan Urueña, sentenció un encuentro que expuso todas las carencias del equipo risaraldense. Yúber Quiñones intentó dar un respiro al descontar en el 71, pero fue un espejismo. El Pereira no tuvo ideas, no tuvo garra, no tuvo alma. Enfrente, un Llaneros que, aunque venía de una racha irregular, supo aprovechar la fragilidad de un rival que camina como sombra de lo que alguna vez fue.
La hinchada, esa que ha llenado el Hernán Ramírez Villegas con pasión y esperanza, está agotada. Las redes sociales estallaron tras el pitazo final, y el sentimiento es unánime: “¡Hasta cuándo!”. Los aficionados señalan a un técnico, Suarez, que parece aferrado a un cargo que no justifica con resultados; a una directiva que no toma decisiones contundentes; y a un plantel que, salvo contadas excepciones, no muestra el carácter que merece la camiseta matecaña. “Vergonzosa derrota”, “otro fracaso en camino”, “un equipo sin alma”, son algunas de las frases que resuenan entre los seguidores, hartos de promesas vacías y actuaciones mediocres.
El Pereira está en una posición crítica en la Liga BetPlay I-2025. Con esta derrota, se estanca en la parte baja de la tabla, Llaneros, un equipo recién ascendido, no solo se llevó los tres puntos, sino que dio un golpe de realidad: el matecaña no reacciona. La falta de actitud, sumada a un juego pobre y predecible, tiene a la afición al límite. “¿Qué más tiene que pasar para que haya un revolcón?”, se preguntan muchos.
Es momento de que el Deportivo Pereira escuche a su gente. La hinchada no aguanta más excusas, no tolera más derrotas humillantes. Este 2-1 ante Llaneros no es solo un resultado; es el grito de auxilio de una afición que exige cambios ya. Directivos, técnico, jugadores: la pelota está en su cancha. O reaccionan, o el descenso y el olvido serán el próximo capítulo de esta triste historia. ¡Basta ya, Pereira merece más!
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